Alfredo Arvelo Larriva, nacido el 25 de mayo de 1883 en Barinitas (capital del municipio Bolivar, estado Barinas) fue un poeta, periodista y político venezolano. Hermano mayor de la poetisa Enriqueta Arvelo Larriva y primo del también poeta, Alberto Arvelo Torrealba.

   Desde niño recibió una gran educación.  A los doce años fue enviado a Caracas para que cursara su bachillerato. En plena juventud se dio a conocer como escritor publicando textos periodísticos en los medios; Hoy Sábado y El otro. Debido a su ideal revolucionario, y en consecuencia por su oposición al régimen de Juan Vicente Gomez logró consagrarse como uno de las figuras del periodismo venezolano.

   En su obra poética destacó en sus inicios una huella de modernismo hispanoamericano, la cual luego evolucionaría a post- modernismo. En su trabajo se puede ver la espontaneidad, la naturalidad, la irónica acidez y siempre visible jocosa amargura. Algunos de sus textos fueron publicados bajo el pseudónimo de “E. Lenlut”  (estas son las primeras letras del apodo colocado por sus amigos, “el enlutado”.)

   Su primer poemario se hizo público cuando dio a la imprenta una colección de versos titulada Enjambre de rimas (1906), posterior a eso, fueron publicados Sones y canciones (1909), por último La encrucijada. Secuencias de otro evangelio. Salmo a los brazos de Carmen (1924), en éste último poemario se puede ver a un Alfredo más decaído en la amargura, en la soledad y el desenfado que era causada por aquellos ocho años de destierro en La Rotunda. En 1949, después de su muerte el ministerio de educación de Venezuela decidió realizar un recopilatorio con todos sus poemas titulándolo Sones y canciones y otros poemas.

   Muere en Madrid el 13 de Mayo de 1934.

  Aquí algunos de sus trabajos poéticos:


La bestia
Campesino membrudo, de verdes años,
robusta labradora, de fresca vida,
se apresuran, opuestos, por escondida
senda que bien conocen ciervos huraños,
a toparse en el bosque —fácil guarida
de parejas a fruto de los regaños
y ojerizas paternos. ¡Con qué de amaños
la cita deseada fue convenida!
—Digo las cosas claro; nadie se asombre—.
Van urgidos del hambre por la molestia:
él con hambre de hembra y ella de hombre.
Se juntan... y tendida, tras un instante,
sobre el césped se agita súbita bestia,
bicéfala, cuadrúpeda, jadeante...

-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)


La melancolía de Lucifer.

Lucifer ha venido: (lector: no hagáis derroche 
de sorpresa y espanto: Suele venir en coche, 
a visitar mi alcoba y a departir conmigo, 
pérfido y agradable como cualquier amigo).
Lleva traje de luto con que sale de noche. 
(Lectora: no hayáis miedo. Se viste sin reproche. 
En un siglo elegante, pensáis que el Enemigo 
Malo vaya desnudo, o en ropas de mendigo?
Me saluda y observo que no está bien diabólico. 
Tal vez ha comenzado de nuevo a ser católico... 
Y murmura en un tono triste y confidencial:
-El Mal, de nada sirve; sólo me causa tedio. 
-¿Y el Bien?- Satán responde: -¡Ridículo remedio! 
El bien no es sino una forma sutil del Mal...
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)




Mirándote a los ojos
Mirándote los ojos te miro toda entera. 
Toda entera deslumbras en su magia sombría. 
Así en un solo pájaro toda la melodía 
y en una rosa única toda la primavera.
Ojos negros y próceros de claridad procera 
que a tu beldad son dúplice blasón de señoría. 
Sabios en luz y sombra, no saben todavía 
que por ellos mi trágica desesperanza espera.
Y me forjo, mirándolos, el despotismo doble 
de dos hermanos príncipes que con su brillo noble 
subyugan un imperio presa de torvos males.
Porque mi alma sufre, tenebrosa de tedio, 
con la fe melancólica del ansia sin remedio, 
la tiranía fúlgida de tus ojos triunfales.
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)


Plenitud.

Hoy cumplo treinta años de mi vida, 
y doblo de la vida el Cabo de Hornos. 
Y la ruta sin altos ni retornos 
hacia el futuro va desconocida.
Atrás quedó mi juventud, ¿perdida? 
Yo la maté: lo digo sin adornos. 
Yo la maté: lo digo sin bochornos. 
Así mata un amante a su querida.
Pero no la perdí. Transfigurada, 
ella fue mi sostén en la jornada 
de tres mil días por la Selva Obscura.
Ella me dio la paz que reverencio, 
flor de la soledad y el silencio. 
Y soy un buen doctor en amargura.
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)




Alfredo Arvelo Larriva

  
 Alfredo Arvelo Larriva, nacido el 25 de mayo de 1883 en Barinitas (capital del municipio Bolivar, estado Barinas) fue un poeta, periodista y político venezolano. Hermano mayor de la poetisa Enriqueta Arvelo Larriva y primo del también poeta, Alberto Arvelo Torrealba.

   Desde niño recibió una gran educación.  A los doce años fue enviado a Caracas para que cursara su bachillerato. En plena juventud se dio a conocer como escritor publicando textos periodísticos en los medios; Hoy Sábado y El otro. Debido a su ideal revolucionario, y en consecuencia por su oposición al régimen de Juan Vicente Gomez logró consagrarse como uno de las figuras del periodismo venezolano.

   En su obra poética destacó en sus inicios una huella de modernismo hispanoamericano, la cual luego evolucionaría a post- modernismo. En su trabajo se puede ver la espontaneidad, la naturalidad, la irónica acidez y siempre visible jocosa amargura. Algunos de sus textos fueron publicados bajo el pseudónimo de “E. Lenlut”  (estas son las primeras letras del apodo colocado por sus amigos, “el enlutado”.)

   Su primer poemario se hizo público cuando dio a la imprenta una colección de versos titulada Enjambre de rimas (1906), posterior a eso, fueron publicados Sones y canciones (1909), por último La encrucijada. Secuencias de otro evangelio. Salmo a los brazos de Carmen (1924), en éste último poemario se puede ver a un Alfredo más decaído en la amargura, en la soledad y el desenfado que era causada por aquellos ocho años de destierro en La Rotunda. En 1949, después de su muerte el ministerio de educación de Venezuela decidió realizar un recopilatorio con todos sus poemas titulándolo Sones y canciones y otros poemas.

   Muere en Madrid el 13 de Mayo de 1934.

  Aquí algunos de sus trabajos poéticos:


La bestia
Campesino membrudo, de verdes años,
robusta labradora, de fresca vida,
se apresuran, opuestos, por escondida
senda que bien conocen ciervos huraños,
a toparse en el bosque —fácil guarida
de parejas a fruto de los regaños
y ojerizas paternos. ¡Con qué de amaños
la cita deseada fue convenida!
—Digo las cosas claro; nadie se asombre—.
Van urgidos del hambre por la molestia:
él con hambre de hembra y ella de hombre.
Se juntan... y tendida, tras un instante,
sobre el césped se agita súbita bestia,
bicéfala, cuadrúpeda, jadeante...

-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)


La melancolía de Lucifer.

Lucifer ha venido: (lector: no hagáis derroche 
de sorpresa y espanto: Suele venir en coche, 
a visitar mi alcoba y a departir conmigo, 
pérfido y agradable como cualquier amigo).
Lleva traje de luto con que sale de noche. 
(Lectora: no hayáis miedo. Se viste sin reproche. 
En un siglo elegante, pensáis que el Enemigo 
Malo vaya desnudo, o en ropas de mendigo?
Me saluda y observo que no está bien diabólico. 
Tal vez ha comenzado de nuevo a ser católico... 
Y murmura en un tono triste y confidencial:
-El Mal, de nada sirve; sólo me causa tedio. 
-¿Y el Bien?- Satán responde: -¡Ridículo remedio! 
El bien no es sino una forma sutil del Mal...
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)




Mirándote a los ojos
Mirándote los ojos te miro toda entera. 
Toda entera deslumbras en su magia sombría. 
Así en un solo pájaro toda la melodía 
y en una rosa única toda la primavera.
Ojos negros y próceros de claridad procera 
que a tu beldad son dúplice blasón de señoría. 
Sabios en luz y sombra, no saben todavía 
que por ellos mi trágica desesperanza espera.
Y me forjo, mirándolos, el despotismo doble 
de dos hermanos príncipes que con su brillo noble 
subyugan un imperio presa de torvos males.
Porque mi alma sufre, tenebrosa de tedio, 
con la fe melancólica del ansia sin remedio, 
la tiranía fúlgida de tus ojos triunfales.
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)


Plenitud.

Hoy cumplo treinta años de mi vida, 
y doblo de la vida el Cabo de Hornos. 
Y la ruta sin altos ni retornos 
hacia el futuro va desconocida.
Atrás quedó mi juventud, ¿perdida? 
Yo la maté: lo digo sin adornos. 
Yo la maté: lo digo sin bochornos. 
Así mata un amante a su querida.
Pero no la perdí. Transfigurada, 
ella fue mi sostén en la jornada 
de tres mil días por la Selva Obscura.
Ella me dio la paz que reverencio, 
flor de la soledad y el silencio. 
Y soy un buen doctor en amargura.
-Extracto tomado de
 Sones y Canciones y otros poemas (1949)




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