A los desaparecidos
y los que buscan
***
Mírame
mira mis ojos
mira mis manos.
Pronto seré un fantasma
rugiendo
en tu recuerdo.
Pronto no me verán más
ni mis hijos
ni mis padres
ni nadie.
Mas yo estaré escondido
bajo los susurros de sus plegarias
palpitando
viviendo.
Mírame desaparecer en la
fosa
para habitar la memoria
de mis hijos
de mis padres
de todos.
Mírame perseguirte.
***
Me quitaste la vista
me quitaste la voz
pero no me quitaste las
piernas
(no puedes)
Y camino ciego
camino mudo
camino sobre las
espinas
camino sobre los
carbones
camino
quemo
desangro.
Solo una bala puede
detenerme
mas no detendrá
a los miles detrás de
mí.
***
Tus fotos están en el
periódico
en las paredes
en los postes de luz.
DESAPARECIDA —dicen
y yo ni recuerdo
la última vez que olvidé
recordarte.
***
¿Olvidar?
¿Olvidar el destierro,
la ausencia, la asfixia?
No.
No olvidamos.
La herida nos escribe y
no somos de papel.
La pena nos deforma y
no somos de plástico.
Algo hondo nos crece
adentro.
Algo con pelos y patas
y uñas.
No olvidamos la
carencia.
La batalla contra las
mandíbulas de la noche
se libra con la luz de
sus rostros.
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