Hay días que las ideas se vuelven trenes, o caballos, o ciudades, o montañas nevadas,
y es tan fácil imaginarlo (...) que al volver a este cuarto, la mesa, la máquina, todo es insoportable.

F. MASSIANI


Hoy no sé de mí,
No sé nada de mí
Ni de la similitud
De mi mano y el sueño.
El sueño de ver
tus pupilas en las mías,
De llenarme los labios,
Mis labios imaginados
Y que no sea con la noche
Sino con tu olor.
Ese olor tan dulce,
Dulce e insoportable
Como todo lo que soy
Y lo que no.
Porque no,
Él hoy no está aquí
Y la verdad
Hoy no sé de mí
No sé nada de mí.

Nada de mí; por Paola Luna




Hay días que las ideas se vuelven trenes, o caballos, o ciudades, o montañas nevadas,
y es tan fácil imaginarlo (...) que al volver a este cuarto, la mesa, la máquina, todo es insoportable.

F. MASSIANI


Hoy no sé de mí,
No sé nada de mí
Ni de la similitud
De mi mano y el sueño.
El sueño de ver
tus pupilas en las mías,
De llenarme los labios,
Mis labios imaginados
Y que no sea con la noche
Sino con tu olor.
Ese olor tan dulce,
Dulce e insoportable
Como todo lo que soy
Y lo que no.
Porque no,
Él hoy no está aquí
Y la verdad
Hoy no sé de mí
No sé nada de mí.

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