Hay días
que las ideas se vuelven trenes, o caballos, o ciudades, o montañas nevadas,
y es tan fácil imaginarlo (...) que al volver a este cuarto, la mesa, la máquina, todo
es insoportable.
F. MASSIANI
Hoy no sé
de mí,
No sé
nada de mí
Ni de la
similitud
De mi
mano y el sueño.
El sueño
de ver
tus
pupilas en las mías,
De
llenarme los labios,
Mis
labios imaginados
Y que no
sea con la noche
Sino con
tu olor.
Ese olor
tan dulce,
Dulce e
insoportable
Como todo
lo que soy
Y lo que
no.
Porque
no,
Él hoy no
está aquí
Y la
verdad
Hoy no sé
de mí
No
sé nada de mí.
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